Cómo hacer más queer el tango queer: estrategias queer para bailarines de rol dual
This is the Spanish version of Birthe Havmoeller’s essay ‘How to Queer a Queer Tango: queer strategies for dual role dancers’ from The Queer Tango Book, chapter 3: Rethinking the Dance. Translation by Olaya Aramo. Birthe Havmoeller is the creator of the Queer Tango Book Project, co-editing The Queer Tango Book together with Ray Batchelor and Olaya Aramo. The Queer Tango Book was published in March 2015 by The Queer Tango Project as a free ebook in English.
Cómo hacer más queer el tango queer: estrategias queer para bailarines de rol dual
© Birthe Havmoeller. Traducción de Olaya Aramo.
El tango argentino está evolucionando. El “tango queer” es uno de los fenómenos más innovadores del tango en el siglo XXI. Los bailarines sociales de rol dual han estado organizando festivales de tango queer desde 2001, compartiendo sus visiones. Esta puesta en común de ideas creativas junto con el trabajo y dedicación de algunxs profesores de tango, cada cual con su círculo de estudiantes, están formando una nueva escuela de estética del tango queer.
El tango queer es un fenómeno social y un espacio experimental. A nivel internacional, está naciendo un estilo de tango moderno, inspirado en la filosofía de la teoría queer, la historia oral de lxs bailarinxs de rol dual en la tradición del tango, así como la necesidad de milongas “seguras”, donde las personas LGTBIQ son las que dirigen la agenda. El tango queer se asienta en los estilos de vida y los valores de la gente LGTBIQ: ¡aquí estamos, somos queer! ¡Y queerizamos nuestros tangos!
La naturaleza creativa, fluida e improvisada del tango queer como estilo de baile y filosofía hace difícil definir el baile. En el momento en que decimos que hemos visto la verdad y hemos hecho una definición, vemos cómo lxs bailarinxs traspasan las fronteras de lo que se entiende como tango queer, volviéndolo algo nuevo y aún más excitante.
Bailarinxs de rol dual
Lxs nuevxs bailarines de rol dual son gente queer y heterosexual que bailan ambos roles en el tango. El fenómeno social del tango queer tiene que ver con la experiencia que habita la música, el estar presente con tu compañera de baile en milongas tradicionales o queer. Estamos orgullosxs y hemos reclamado nuestra libertad para bailar con quien queramos.
La experiencia milonguera de lxs bailarinxs de rol dual es como una “jam session”. Lxs bailarinxs llegan a “jugar con la orquesta”, usando sus cuerpos como instrumentos, disfrutando de la mutua obligación de improvisar un tango queer. Silenciosamente, encarnan su musicalidad y se unen a la orquesta para bailar cada cual su parte en la creación de un tango encantador.
La noción general es que el tango (el baile social moderno) primero de todo consiste en el diálogo no verbal entre dos personas (la pareja de tango) y la conexión entre la pareja, que implica emociones como el amor, la alegría, la paz, la plenitud, la satisfacción, así como ideas creativas y movimientos improvisados que son inspirados por las melodías y el abrazo de tango. La magia del tango ocurre cuando la conexión funciona, y los movimientos más simples, como la caminada, hacen que tu corazón cante.
Tango y sensualidad
Los momentos silenciosos de plena comodidad, improvisación, ligereza y conexión son los elementos principales tanto del tango tradicional como del queer. En el tango no hay palabras. No hay necesidad de movimientos excesivos ni en el abrazo ni en la conexión con la pareja. En todo caso, la naturalidad y la conexión son necesarias. Tanto, que cuando lxs bailarinxs describen su experiencia, otros elementos de la danza, como las habilidades y las figuras, están mucho más abajo en su lista de prioridades, como una herramienta a través de la cual se realiza el fluir de las ideas musicales. Nos abrazamos y nos conectamos con nuestrxs compañerxs de baile para bailar tango, ya sean heterosexuales o queer, porque es muy divertido.
En el tango ofrecemos nuestro corazón/torso/pechos a la otra persona. El abrazo, ya sea cerrado o abierto, ¡debe ser delicioso! La calidad del baile siempre se mide por la calidad del abrazo, a saber, si la atención completa y el “compartir real” no están allí, toda la experiencia está destinada a echarse a perder, no importa cuán linda sea la melodía.
Una vez que la “conexión” está establecida como conexión física (un cuerpo con cuatro piernas) y como una actitud emocional (el objetivo es un estado meditativo de “ser unx” con tu pareja) lxs bailarinxs de rol dual tratan de permanecer presentes y conectadxs con su pareja durante todo el baile, mientras reaccionan y responden unx a otrx, ya sea llevando o siguiendo, aquello que es apropiado en el estímulo del momento y en lo que les inspira la música. La conexión y la atención sobre el lenguaje corporal de la compañera da a las parejas de tango su característico aspecto introvertido. El sensual abrazo cerrado del tango tradicional y la apariencia introvertida a menudo hacen asumir a lxs espectadorxs que las parejas de tango se aman, pero lo que en realidad vemos es el amor de lxs bailarinxs por la música del tango. El tango queer es lo mismo pero diferente. Es desde la sinergia de lxs bailarinxs de rol dual que emerge el tango queer.
El deseo de estar en contacto físico con un cuerpo bello o unx bailarinx carismáticx gobierna el acercamiento de mucha gente al tango. Es una danza sensual y sexy, y el tango tradicional ha generado clichés y envía todo el tiempo mensajes culturales que promueven el amor y la sensualidad. La pareja de tango presuntamente encarna la “relación perfecta”. Sin embargo, el tango tradicional no ofrece muchos modelos a lxs bailarinxs LGTBIQ, puesto que la sensualidad y el amor que se muestran son casi exclusivamente heterosexuales, como podemos ver en milongas tradicionales y festivales de tango. Actualmente, lxs bailarinxs de rol dual están trayendo una nueva dimensión a la comunidad internacional del tango: una sensualidad queer y un excitante e innovador estilo de baile.
La encarnación de una sensualidad queer
Lxs bailarinxs de rol dual encarnan una sensualidad queer cuando bailan tango queer con parejas del mismo género, y esto no envía solamente un mensaje visual de amor, sino también de emociones inconformistas, homosensualismo y vinculaciones afectivas homosociales. Nuestro baile visualiza un sentido diferente de la belleza, diversas expresiones de género e interpretaciones de la masculinidad y la feminidad.
Somos una comunidad de bailarinxs diversa: machos alfa, bigéneros, singénero, genderqueer, genderfluid, no binarixs, trans, tercer género, transgénero, transexuales, travestidxs, hombres hetero en tacos, milonguerxs gays, profesorxs de tango heterosexuales… chicazos, marimachos, femmes, bois, lesbianas asaltacunas, mujeres heterosexuales, mujeres queer, hembras alfa, mujeres con barba, tanguerxs femeninxs travestidas, milongueras lesbianas, mujeres bailando descalzas con bailarinxs que prefieren que no se les etiquete(!).
Bailamos ambos roles y al hacerlo resulta que cuestionamos las normas del tango tradicional, un bastión de la heteronormatividad. La rígida capa cultural del tango tradicional, allá por la era de la Época Dorada del tango, está un poco anticuada para la gente queer del siglo XXI, aunque la mayoría de lxs bailarinxs heterosexuales de tango todavía están muy enamoradxs de la experiencia tradicional y heteronormativa del tango.
La comunidad de tango queer y el nuevo estilo de baile del tango queer con roles fluidos y abiertos y la mutua responsabilidad de improvisar son un antídoto a los roles de género tradicionales y la división de trabajo y poder en el tango tradicional. El tango queer es el último en una larga historia de estilos de tango. Como todos los estilos de tango tiene sus diferencias y sus similitudes con el tango tradicional. Y la verdad es que, de acuerdo con la naturaleza improvisada del tango, cuánto se aleje cada bailarinx del tango original puede diferir mucho.
¿Cómo “queerizar” un tango?
La noción general es que ambxs bailarinxs deben practicar ambos roles en el tango para poder ser capaces de bailar tango queer. Cuando bailamos tango queer lxs bailarinxs de rol dual deben ser capaces de mantener la mentalidad de llevar y seguir al mismo tiempo: ¡llevan al tiempo que siguen y siguen mientras llevan! El tango queer (el estilo de baile) no está definido por las expresiones de género o las preferencias de quienes bailan, aunque amamos tanto nuestra comunidad que alimentamos la perogrullada de que todo lo asociado a la comunidad LGTBIQ es tango queer.
El tango argentino practicado y promocionado por las comunidades LGTBIQ y de tango queer como una práctica de rol abierto para parejas en que se mezclan personas heterosexuales y no heterosexuales, o parejas del mismo género, está asociado con el orgullo y la conciencia política entre lxs tanguerxs de todo el mundo. Bailar un rol que presuntamente no corresponde con tu género es todavía una práctica tan controvertida que a menudo oímos de parejas de hombres, o personas genderqueer, o mujeres que llevan, que han sido expulsadas de milongas o rechazadas en populares festivales de tango. Comprensiblemente nos despechamos sintiendo que cuando bailamos tango argentino transgredimos la línea entre ser bailarinxs sociales y activistas queer, y sentimos que nuestros tangos son “queer”.
El intercambio de roles durante el baile mantiene el estatus de ser el modelo para la improvisación de un tango queer. El cambio de roles, esto es, la iniciativa compartida (y escucha compartida) y la mutua responsabilidad en la improvisación musical, es el centro de este estilo de baile.
De todas maneras, el intercambio creativo de roles es un modelo demasiado simple para lxs bailarinxs avanzadxs. Ellxs saben que, cuando una pareja de bailarinxs de rol dual comienzan a bailar compartiendo su musicalidad, está pasando mucho más bajo la superficie de lo que puede ser identificado por un ojo no entrenado. El tango queer tiene el potencial de ser mucho más que el intercambio, con elegantes movimientos de brazos, el guiar improvisado y el intercambio de movimientos. El arte de llevar desde la posición de seguir (backleading) en todas sus refinadas variaciones, una y otra vez negado por el tango tradicional, puede agregar un nivel más profundo de comprensión del tango queer.
El backleading en el tango es un fenómeno furtivo a la mirada. El sútil arte del backleading, en el que unx bailarinx (mujer u hombre) en la posición de quien sigue conduce el fraseo musical del tango al mismo tiempo que quien lleva está dirigiendo las figuras de la pareja, siguiendo la musicalidad de quien sigue mientras navega por la pista, en una habilidad casi invisible. Parece ser un tabú en la mayoría de las comunidades de tango, ya que da un vuelco al reparto de poderes tradicional entre ambos roles/géneros, reduciendo a quien lleva, “el hombre” a ser un mero “seguidor”. En cualquier caso, el backleading es una parte viva de la tradición del tango salón en el siglo XXI. Las tangueras (mujeres heterosexuales que solamente siguen) están tergiversando el supuesto liderazgo de sus compañerxs de baile. Y los mejores conductores aman este tipo de respuesta por parte de quien sigue.
Cómo “queerizar” un tango queer?
Se dice que la mayoría de los viejos milongueros de Buenos Aires saben bailar ambos roles. Como los viejos milongueros no cambian roles en público muy a menudo, su conocimiento pasivo no es de mucha inspiración para lxs bailarinxs de rol dual. Pero un “nuevo” vocabulario de tango queer está emergiendo a medida que hacemos que nuestra presencia en la pista constituya un mensaje claro de vinculación emocional homosocial, excelencia en el baile y sensualidad queer. Algunos movimientos del tango se ven más “queer” que otros, o incluso mejor: se sienten más queer y sensuales si son bailados con una cuidada actitud queer. Algunxs bailarinxs duales queerizan sus tangos más que otrxs, pero toda reflexión sobre el tango queer nos mueve a avanzar, haciendo la vida más rica.
Los roles fluidos, el intercambio de roles y la mutua improvisación durante un tango queer, hace honor a la esencia del tango queer: la iniciativa compartida. Puede ser ejecutada con movimientos de intercambio con elegantes movimientos de los brazos, cuando lxs bailarinxs cambian de un rol a otro mientras bailan. El intercambio, con el cambio físico de posiciones, envía un potente mensaje visual sobre la excelencia a lxs espectadorxs y hay un sinfín de figuras creativas desde las que es posible intercambiar roles. Quien empieza llevando puede terminar siguiendo después de unos cuantos cambios, por ende nadie dirige más que la otra persona, si aplicamos una toma de decisiones democrática y un poco de actitud queer a nuestros tangos.
Algunxs bailarinxs sociales y profesorxs de rol dual cuestionan el valor del intercambio, ya que la ruptura física del abrazo podría llegar a romper la conexión y la fluidez de la pareja de tango. Idealmente, el cambio de posiciones o de roles ocurre en el vacío de un momento de suspenso, permitiendo solamente un momento para que la otra persona se adapte a la nueva situación. Lo emocionante en el tango queer son estos momentos mágicos ¡cuando no sabes quién está llevando a quién!
La mirada-cabeceo puede no dar una respuesta directa a lxs bailarinxs de rol dual sobre quién llevará en la tanda, así que la división del trabajo suele dejarse para el principio de cada tango. La belleza que le otorgamos al momento de la negociación es importante para valorar la energía con la que comenzamos la co-creación de un tango queer. Un tango queer nunca debe empezar con una pelea sobre quién ocupará cada rol. No debes asumir que el liderazgo es tuyo sólo porque lo has asumido en este momento. ¡Y recuerda que el cabeceo es la mejor manera de llegar a bailar con quienes realmente quieren bailar contigo sin presionarles!
El tango queer tiene mucho de darle a quien lleva pequeñas sorpresas, dado que en este estilo de baile haces honor a la mutua responsabilidad de improvisar. En el tango queer quien sigue puede cambiar el ritmo y el fraseo de quien lleva en cualquier momento, quien, de acuerdo con la flexibilidad de sus habilidades, y alerta a lxs bailarinxs de rol dual, buscará la armonía siguiendo las ideas creativas de quien sigue. Una parte del paquete cuando bailamos es la obligación de tomar todo lo que la otra persona te da y usarlo creativamente sin romper la conexión, incluso cuando rompes el abrazo. Si tu compañerx de baile quiere “queerizar” tu tango, entonces estás disupestx a un sinfín de agradables sorpresas, que serán desagradables si estás dormidx mentalmente y bailas a velocidad de crucero.
El hecho de que quienes llevan y quienes siguen tienen a menudo diferentes ritmos y usan diferentes pasos en el tango, en lugar de ser espejos lxs unxs de lxs otrxs, hace que muchxs bailarinxs avanzadxs de rol dual favorezcan enfatizar diferentes niveles/voces/instrumentos/ritmos en la música. Esto subraya su musicalidad y su trabajo de suelo.
¿Qué harían lxs bailarinxs de tango queer y las parejas del mismo género sin los movimientos flirteantes y sus sensuales juegos en el suelo? La última moda en el tango nos anima a bailar entre las piernas de la otra persona. Los ganchos, las sacadas, los toques, etc, se aplican sensual o eróticamente al baile. Dar golpecitos burlones que no han sido marcados por quien lleva o acariciar suavemente la pierna de tu compañerx con el pie podría enviarle un mensaje deliciosamente queer tanto a esa persona como a lxs espectadorxs. Los adornos con giros eróticos y homosensuales son lindas maneras de expresar deseos queer y añadir actitud y sensualidad a tu baile. Lxs profesionales heterosexuales del tango añaden algo extra a su baile cuando utilizan las caricias conscientemente como adorno. ¡Así que a por ello! Baila con orgullo, enamórate de tu compañerx de baile los próximos tres minutos! Bailar las frases melódicas de un tango con un abrazo normal en lugar de con el abrazo de tango, o el abrazo cerrado sostenido, subraya deseos queer y es una manera muy bonita como podemos añadir actitud a nuestro baile sin importar nuestro nivel o habilidades como bailarinxs. Y también envía un mensaje queer de la pareja hacia lxs espectadorxs.
El adorno “manos arriba” es un movimiento de brazo en el que quien sigue levanta su brazo izquierdo al mismo nivel que la derecho. Cuando una mujer lo hace a menudo es rápido, esto es, un movimiento poderoso tras el cual curva su brazo de nuevo alrededor del cuello de quien lleva. Cuando un tanguero gay hace este adorno, está informado por el estilo de vida gay, y lxs espectadorxs podrían leerlo como una muestra de afeminamiento, esto es, un mensaje semicodificado a cerca de la homosensualidad. Incluso a veces es bailado como un gesto que vendría a significar “me rindo ante mi hombre”. Como marca de sensualidad este adorno llama la atención sobre el torso de quien sigue y su grácil brazo izquierdo.
Hay mucha vanidad y egocentrismo en el tango. Los zapatos son objetos altamente generizados y marcas de erotismo muy importantes en el mundo del tango. Cuando te dispones a “queerizar” tus tangos queer, la elección de los zapatos puede añadir nuevas oportunidades o restricciones creativas ¡Los hombres en tacos se ven deliciosamente afeminados! Las mujeres con zapatos planos pueden hacer movimientos que no pueden ser bailados en tacos, y por tanto llevan su estilo de baile individual más allá de la noción tradicional de lo femenino/masculino y cuestionan cómo unx tanguerx debería vestir.
El tango testosterónico, la encarnación de una energía absolutamente masculina, masculinidad y fanfarroneo: las parejas de hombres bailan tango muy rápido con muchos movimientos de piernas, golpes, giros, ganchos, portes, etc. Últimamente algunas parejas de mujeres también han empezado a mostrar tangos como tangos testosterónicos, visualizando su versión de la masculinidad femenina como multiplicidad de movimientos rápidos.
Las posibilidades para queerizar tus tangos queer bailándolos con una actitud que puede leerse tanto como sensual como deliciosamente queer para otras personas queer no tiene fin… y una vez que estás atrapadx por el fanatismo tanguero, el ansia por la música y la alegría del abrazo, cambiará tu modo de vida. Respirarás y vivirás tango queer. ¡Es totalmente absorbente!