El tango queer y el abrazo efímero
Excerpt from ‘El libro de tango queer, chapter 1
El tango queer y el abrazo efímero
© Birthe Havmoeller
Cuando empecé a bailar en 2009 otrxs bailarinxs me preguntaban: “¿por qué querés llevar?” Ahora en 2014, como ven que más o menos sé lo que estoy haciendo en la pista, las preguntas son menos frecuentes. El “por qué” me desconcertaba un poco. ¿Qué tipo de respuestas esperaban de mí? La ambiciosa, la hetero, la queer… Simplemente estaba bailando de la manera que me resulta más natural, pero como prácticamente nadie más bailaba los dos roles en la milonga local, me encontré invadiendo uno de los baluartes de la cultura de baile heterosexual. Sus preguntas me hicieron cuestionarme mis razones para llevar, pero no me hicieron dejar de hacer lo que quería, es decir, BAILAR con la gente sin importar su género, cambiando de rol siempre que fuera necesario. Su manera de bailar tango no es la única.
Pronto encontré el concepto del “tango queer”, esto es, desde mi perspectiva, el último tras una larga serie de estilos de tango. En el tango queer, había encontrado una actitud que me permitía reflexionar y contemplar mi propia práctica.
Tango queer: un nuevo estilo de baile
Es complicado describir un estilo de baile que está evolucionando constantemente. Voy a tratar de compartir algunos de mis pensamientos y observaciones con ustedes.
El tango queer a menudo se describe como tango argentino con roles abiertos o roles cambiados. En este contexto, “queer” es una reapropiación del concepto académico de la teoría queer, un término filosófico que fue acuñado por primera vez en 1990 por Eve Kosofsky Sedgwick, Judith Butler, Adrienne Rich y Diana Fuss.
En 2001 Ute Walter, Marga Nagel y Felix Volker Feyerabend le dieron a la práctica de bailar ambos roles del tango el nombre de “tango queer” en el Primer Festival Internacional de Tango Queer en Hamburgo, Alemania. El concepto de “queer” lleva el tango queer al reino de “lo otro”, lo no mainstream. Desconstruye el juego de roles tradicional (de género heteronormativo) y la división de tareas en el tango argentino, donde el hombre lleva y la mujer sigue, sugiriendo que ambxs bailarinxs pueden aprender ambos roles. De todas maneras, aprender los dos roles no implica necesariamente que la persona bailará ambos roles públicamente en la milonga. La mayoría de lxs bailarinxs que hacen los dos roles tienen a preferir uno sobre otro.
Las parejas que practican algún tipo de liderazgo compartido cuando bailan tango, vals o milonga, para mí están bailando tango queer. La práctica del liderazgo compartido en el tango abre un nuevo proceso creativo, se comparte la musicalidad y se hace una división de tareas diferente dentro de la pareja.
En los eventos de tango queer, las parejas a menudo comparten el liderazgo en su baile haciendo turnos para llevar. Unx bailarinx lleva en los dos primeros tangos de la tanda y le ofrece el liderazgo a lx otrx en los dos últimos. En estos eventos también podés ver bailarinxs que intercambian los roles maravillosamente, cambiando la energía de llevar a seguir hasta el punto de que es imposible saber quién está llevando o siguiendo. Para mí, es como si estxs bailarinxs se refrenaran de tomar un rol específico para co-crear su baile, y queerizan sus tangos incorporando los roles del tango como una práctica fluida.
El abrazo efímero
Unx bailarinx me dijo una vez: “¡no hay ningún lugar donde podés dar tantos abrazos como en la comunidad del tango!”.
Al escapar del frenético mundo exterior hacia el microcosmos de la milonga, todxs lxs bailarinxs de tango se mueren porque lxs abracen, y el abrazo es justamente lo que el tango nos da. Con la forma de “A” del clásico tango milonguero, nuestros cuerpos se encuentran en la parte alta del torso en el abrazo (el abrazo cerrado sostenido). Quien guía lo hace inclinándose hacia delante, incluso empujando suavemente hacia el corazón de quien sigue. La persona que sigue recibe la guía aceptando el eje compartido.
Habiendo aceptado el cabeceo (la invitación no verbal a bailar), unx bailarinx de tango intentará ser el “amor de tu vida” durante vuestro baile. La estética del tango simula y estipula una relación entre las dos personas. Lxs bailarinxs están enamoradxs, no entre si, sino de bailar tango. El suave abrazo desencadena emociones de amor, alegría y ternura. Como burbujas en una copa de champán, las emociones fluyen en tu cuerpo mientras ajustás el abrazo para empezar a bailar, y cuando la música termina, todo termina. Lo que el ojo entrenado ve como una pareja enamorada es de hecho un movimiento sensual muy bien diseñado, el tango argentino, que es posible con una buena combinación de amor, empatía y dedicada atención. Estas cosas llegan naturalmente a todxs lxs bailarinxs de tango experimentadxs mientras se abrazan y conectan con una pareja cualquiera, ya sea unx amigx íntimx o unx completx desconocidx. El tierno abrazo es tan efímero como el arcoiris cuando deja de llover. Simplemente te deja una impresión de desmayo antes de evaporarse cuando la música se detiene, sonreímos, nos abrazamos y nos vamos por caminos separados para compartir la siguiente tanda con una nueva pareja.
La comunicación en el tango argentino es no verbal. Puede parecer tan sensual como un beso, pero para lx bailarinx de tango la mirada de seducción y el cabeceo nunca se leen como “besémonos”, sino como “bailemos”. Quien sigue acepta la invitación a bailar con un suave asentimiento, o dice “no, gracias”, mirando a otro lado, y por lo tanto cortando ese contacto ocular de seducción. La gente de occidente, que está fuera de su elemento, cuando se trata de adoptar la tradición de la mirada y el cabeceo, seduciendo a la manera argentina, a menudo recurren a la invitación verbal: “¿querés bailar?”, una pregunta que por naturaleza es menos atractiva que el cabeceo, y consecuentemente se pierden la primera parte de la conversación no verbal de la pareja de tango, los “preliminares” del tango que van a co-crear.
Sabiduría femenina: el primer misterio
Una milonguera me reveló una vez el misterio esotérico del tango argentino: “si tenés control de la parte baja del torso, es decir los chakras hara y raíz, el baile abrirá el chakra de tu corazón y cambiará tu vida”.
El perfecto control de la postura, del eje y del lenguaje corporal es parte inherente de una técnica de tango excelente. Muchxs bailarinxs sugieren que obtenemos mejores bailes cuando podemos dejar de lado nuestros deseos y nos concentramos en el fluir de la danza. La concentración y la conexión que se necesitan para bailar son de una naturaleza diferente a la sexual… De todas maneras, todxs estamos seduciendo para conseguir nuestros bailes y nuestros abrazos.
En la milonga a todxs nos gusta mirar los sensuales movimientos de lxs bailarinxs y en devolución aceptamos la mirada de lxs espectadorxs cuando estamos en la pista. La experiencia de la milonga tiene que ver con llevar la improvisación co-creada del baile, el tierno abrazo, hacia la música y las letras del tango; hacia una encarnación romántica del estar juntxs, fluida y sensual, casi meditativa. ¡Cuanto más cambia nuestra vida, más divertido es! Este baile consume todo nuestro tiempo.
Recreamos la sensualidad del tango argentino una y otra vez cuando “bailamos tango entre las piernas de la otra persona”, como una vez unx bailarinx argentinx describió uno de los aspectos más provocativos del tango. Así es, también, cuando bailamos tango milonguero mejilla con mejilla. El tango ha mantenido su atractivo y su sensualidad durante más de un siglo, y lxs profesorxs de tango enseñan que la conexión emocional y física entre lxs bailarinxs es absolutamente esencial para una buena experiencia. El acceso a la experiencia no verbal del baile y el abrazo son un deber en la milonga, y lxs bailarinxs esperarán hasta el final de su tanda para intentar encontrar si su atracción física o su “química” como pareja se podría transformar también en una atracción intelectual o emocional, en el caso que sea allí adonde quieren llevar su conversación.
Sabiduría femenina: el segundo misterio
La ciencia moderna ha descubierto que la música y el baile hacen segregar endorfinas (hormonas de la alegría) en nuestros cuerpos, y hay una sutil correlación entre lxs bailarinxs y lxs espectadorxs a través de la cual la alegría se transmite a todo el mundo que está en la milonga. En un nivel físico, aunque subconsciente para la mayoría de nosotrxs, todxs compartimos amor y otras emociones con todxs lxs demás en la milonga, y el momento mágico, de acuerdo con la sabia milonguera, es cuando quienes llevan se prestan atención entre si y las parejas en la pista comienzan a bailar juntas, ya que esto hace que la pequeña burbuja de amor tanguero de la pareja pase a formar parte de una expresión más alta y profunda de armonía compartida.
Los roles en el tango: juego de rol
Lxs bailarinxs profesionales y lxs profesorxs de tango saben bailar ambos roles y en los talleres animan a la gente a hacerlo, pero cuando actúan o enseñan la mayoría parece no tener interés en bailar tango con rol abierto o con roles cambiados públicamente. Se adhieren al juego de roles estrictamente heteronormativo del mundo del tango, y transfieren características de esta mentalidad a sus estudiantxs en virtud de ser modelos para ellxs.
Lxs bailarinxs que persiguen el camino creativo de la danza y practican ambos roles del tango a menudo van a eventos de tango queer. El término “queer” como en “milonga queer” es un término comúnmente usado como sinónimo de tango para la comunidad LGTBIQ, refiriéndose a lxs bailarinxs de quienes asumimos que no son necesariamente heteros sino posiblemente lesbianas, gays, bi, trans, intersex o queer, así como al estilo de baile en si mismo. En cualquier caso, ser “queer” usualmente es definido por la generación más joven como una identidad política, y ello se acompaña de un deseo profundo de no ser definidx a través de estereotipos sexuales.
Mucha gente te dirá que no quiere que se lx etiquete en virtud de sus preferencias sexuales. La gente queer probablemente quiere ser aceptada por otras personas primero que nada como una persona, como cualquiera, y sueñan con que la sexualidad y todo el silencio, el tabú, el sesgo que a veces produce la idea de orientación sexual no sean lo que constituye tu primera impresión de ellxs. No quieren ser unx de “lxs otrxs”, no quieren ser marginadxs por su elección de compañerx de vida o de baile. El término “queer” es potencialmente liberador, ya que borra las fronteras entre las categorías sexuales, afirmando que la identidad de género, la expresión de género y la orientación de género son prácticas fluidas..
¡El tango es tan hot y tan sexy!
No hay espacios “neutrales” en el reino del tango, especialmente en un evento de tango queer. Todxs lxs bailarinxs están seduciendo para conseguir sus tangos y sus abrazos, pero aquí el juego de rol es diferente: las mujeres cabecean a las mujeres, los hombres a los hombres, lxs amigxs bailan juntxs en parejas mixtas. El código social invisible de la milonga queer dice: no asumas nada a cerca de las preferencias sexuales de lxs otrxs bailarinxs.
No importa cuán sutiles sean tus cabeceos (queer), una persona que activamente rompe/queeriza las fronteras de género de una milonga tradicional bailando tango queer está destinada a llamar la atención (como queer), ya que muy poca gente heterosexual tiene como fin bailar ambos roles en una milonga tradicional. “Salir del armario” como unx bailarinx que baila ambos roles (sin importar tu género o tu preferencia sexual) puede hacer que la gente se pregunte por qué estás bailando el otro rol, o por qué estás coqueteando con alguien de tu propio género. Considerando la mentalidad heteronormativa del mundo del tango, creo que es importante tratar el tema del tabú al debatir sobre tango queer o tango con rol abierto. La actitud negativa hacia la homosexualidad, que se está incrementando en muchos países del mundo, me hace dudar de que alguna persona LGTBIQ pueda afirmar que su vida no se ha visto afectada por la discriminación, el sesgo internalizado o la autocensura. Mi experiencia personal es que puede llevar años aprender a abrazar la propia “otredad” y la “otredad” que vemos en lxs demás. Bailar tango queer puede hacerte muy consciente de tu orientación sexual y tus preferencias, porque estarás bailando con parejas de varios géneros.
La homofobia sutil dentro de las comunidades de tango, o ver la otra cara de la moneda: las preferencias sexuales son la llave para las elecciones de pareja de baile de mucha gente y su compromiso en el juego de rol del tango. Es algo que todxs asumimos que está ocurriendo, pero simplemente no hablamos mucho de ello… con lo que los “problemas” emocionales continúan sin resolverse.
Tango queer: una nueva filosofía del tango
Mi experiencia es que bailar tango queer, concentrándose en el liderazgo compartido, incrementa el nivel de conexión y de alerta requerido para llevarte hasta los detalles sutiles del lenguaje corporal de tu pareja tanto para quien lleva como para quien sigue, o de lo contrario te perderás los movimientos sutiles y las invitaciones que tu pareja te haga.
Veo que lxs profesorxs que tienen la mente abierta enseñan a estudiantes (predominantemente heterosexuales) cómo por momentos quienes llevan pueden dejar de llevar y permiter que quienes siguen se sientan libres de improvisar como quieran. Y lxs profesorxs de tango queer o tango en rol abierto enseñan cómo intercambiar los roles con elegancia o cómo llevar desde la posición de seguir o enseñan estrategias para lxs bailarinxs que desean bailar ambos roles. Todxs ellxs exploran las numerosas maneras de queerizar un tango, creando una nueva filosofía tanguera queer en el camino.
Los beneficios de aprender tango queer incluyen un más alto nivel de conciencia y de aceptación de tus parejas de tango queer como bailarinxs diversxs y fuertes. Y aprender a bailar el otro rol te hará unx mejor bailarinx, incluso si decides especializarte es uno de los roles. Decidir bailar tango queer de manera regular abrirá tus ojos y tu corazón a gente súper creativa. Grandes bailarinxs, que están deseando compartir su musicalidad y su creatividad con vos cuando te dejás ir y compartís el seguir y el llevar y empezáis a co-crear con ellxs. Este es el estupendo regalo que lxs creadorxs del concepto de tango queer están intentando que todxs veamos, estimemos y amemos.